Artritis infecciosa en el paciente pediátrico.
Experiencia sobre 135 casos.

Dres. Rafael R. Toziano, Juan Manuel Roncoroni, Horacio Lopardo, Francisco Unchalo,
Ana María Speranza, Silvia Seoane, Rosa Bologna y Jorge A. Groiso 

RESUMEN
Se estudiaron 135 pacientes pediátricos con artritis infec-ciosa (Al). Las edades oscilaron entre los 11 días y los 16 años, con una mediana de 18 meses. El 90% presentó una sola localización. La articulación de la cadera fue la más frecuentemente afectada 74/150 (49%). El 87% de los pacientes se presentó ala consulta en buen estado general. El 60% acusó fiebre (>37.9°C) antes o durante su internación. El 58% de los pacientes presentó recuento leucocitario superior a los 12.000/mm3. Eritrosedimentación > de 30 mm en la primera hora fue hallada en el 91% de los casos. Se realizó estudio radiológico al ingreso y antes de la punción articular diagnóstica a 43 pacientes (43/135); 33 (77%) mostraron alguna evidencia de patología articular. Se efectuó ecografía articular a 11 niños; 8 mostraron imágenes compatibles con derrame. Se identificaron microrganismos en el 55% de los casos. Llamativamente, en la recuperación del microrganismo no incidió la administración previa de antibióticos. En 95% de los casos, la recuperación del microrganismo se realizó a través del líquido articular. H. influenzae fue encontrado en 22 pacientes menores de 5 años. Estos presentaron hipertermia con mayor frecuencia en relación a pacientes infectados con otros microrganismos (p<0.05), pero a su vez poco compromiso del estado general (p<0.05). S. aureus también fue encontrado en 22 pacientes, que tuvieron mayor compromiso del estado ge-neral (p<0.05). Ciento catorce pacientes evolucionaron favorablemente (86%). Dos niños fallecieron dentro de las 3 horas posteriores a su ingreso al hospital por sepsis. Diecinueve niños quedaron con secuelas. La articulación más afectada por las secuelas fue la cadera. En los pacientes que sufrieron secuelas se tardó un promedio de 14 días desde el comienzo de los síntomas hasta el diagnóstico. En los que evolucionaron sin secuelas se tardó un promedio de 6 días para efectuar el diagnóstico (p<0.01). No hubo relación entre la edad de los pacientes y la posterior aparición de secuelas. Los antibióticos adecuados, el drenaje quirúrgico y la tracción cutánea (evitando el uso de yeso), han permitido la recuperación total del movimiento articular en la mayoría de nuestros pacientes. 

064 Medicina Infantil 1993; I [PDF

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Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan